Mi nombre es Zoar Melek, soy una artista y escritora independiente, pero más que todo soy una viajera en este sendero sin retorno al que llamamos vida, una viajera que quizá ha ya rebasado la mitad del camino pero aun esta plena de deseos de aprender, conocer y experimentar, y por eso mismo hoy comienzo este proyecto porque. Estoy a un breve paso de los cincuenta años y con gran satisfacción descubro cada día lo bien que se siente, la seguridad que esta edad me otorga a diferencia de lo que se piensa.  

Yo tenía siete años cuando mi madre cumplió los cincuenta, a los siete años, cualquiera que rebase los veinticinco parece ya mayor, y más aun cuando la mayoría de los padres de mis compañeros estaban entre los veintiocho y los treinta. Por muchos años los cincuenta parecieron lejanos y casi ficticios, a ratos se tornaban en las palabras de otros, en una especie de mito aterrador: "Que si a los cincuenta se acaban los sueños, que me han dicho que después de los cincuenta ya no tiene uno ánimo de nada, que me han contado que a esa edad ya esta uno unicamente para cuidar nietos, que el día que cumples cincuenta comienzas a morir... Mi madre murió cuando yo tenia dieciséis, y la recuerdo como una mujer activa, llena de metas y con una energía y entusiasmo que no le veo ahora a los de veinte. Ella no comenzó a morir hasta que la enfermedad le arrebato la vida y su lucha ha sido mi ejemplo más cercano. Ahora yo tengo casi cincuenta, quizá mi cuerpo comienza a deteriorase lenta y silenciosamente, pero yo estoy llena de metas, de planes y de desafíos. ¿Porque tendría que encajar en un molde prehecho? Nunca me ha parecido correcto que la sociedad nos encasille en un molde y nos dicte que hacer en cada etapa de la vida, así que hoy a mis casi cincuenta escribo para compartir con otras mujeres de mi edad mis sueños, mis metas pero mas que nada mi deseo de no ser encasillada y vivir esta edad con la misma plenitud o mas que todas las anteriores.