De las lecturas a los viajes.
- Zoar Malek
- 24 ene 2017
- 2 Min. de lectura
Mi padre decía que la mejor forma de comenzar un viaje era a traves de una lectura, él fue un lector voraz, y amante de la mitología griega y la literatura clásica, mi infancia transcurrio entre la Iliada, la Odisea, el antiguo y el nuevo testamento, y la Eneida. Y aquellas lecturas de batallas, héroes, amores, pasiones y venganzas poblaron mi imaginación infantil. Grecia, Turquia, la antigua Fenicia, fueron mis sueños a tal grado que alguna vez pense ser arqueólogo, pero al final la vida me convirtió solo en viajero. Grecia era la tierra de los sueños de mi padre y por ende la mía. Sueño que no pude hacer realidad hasta mi vida adulta y compartirlo con mi hija a quien también leí las mismas lecturas que me leyera a mí mi padre. Así partimos a Atenas un invierno mi hija mi esposo y yo, en busca de los ecos de aquellas historias por nosotros tan amadas. Y con gran gusto descubrimos una Grecia, tranquila, limpia, y libre de excesivo turismo, invierno es la mejor época para viajar por Grecia, pues en la temporada alta se satura. Pudimos movernos sin dificultad en el transporte publico, encontrar hoteles libres y buena atención, y contemplar cada lugar, cada fragmento de historia, sin prisas, sin empujones, para detenernos a reinventar la historia en donde así lo deseamos. el pasaje de los ferris era solo local, así que eran amigables y tranquilos. Pudimos movernos de isla en isla sin problema pese a que casi nadie habla inglés, el lenguaje de señas jamas nos falló. Perdernos por las callejuelas del Monastiraki fue un placer, comer castanñas asadas en la plaza Omonia, sentarnos a releer capítulos enteros de la mitología a la sombra de los olivos en el Partenón de Athena, sorprendernos ante el templo de Adriano, y buscar la firma de Byron el templo de Poseidon en el Cabo Sunio. conocimos gente, hicimos amistades y un librero de la isla de Hidra nos obsequio con "La Carta al Greco" de Katzanzakis, que completo el placer de nuestro recorrido por este país.En Definitiva, todo gran viaje comienza con una amada lectura.

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