En busca de una receta especial.

Mi vida se ha guiado siempre por mis pasiones, jamás me imagine haciendo algo que no amara, o amando cosas que no pudiera lograr. Mis pasiones me han llevado de aquí para allá, aunque más de una vez me han dicho que quien tanto abarca no es grande en nada, pero quizá porque no busco la grandeza, o al menos la grandeza como la entiende el común de la gente, me he dado el gusto de abarcar tanto cuanto mi curiosidad y mi amor me guiaron a hacer, y entre esas muchas cosas esta la cocina a la que en más de una cocasión me he dedicado profesionalmente. Un recurso más para mi creatividad y una pasión en mis viajes, y entre viajes y viajes, probando aquí y allá es que mi acerbo culinario se ha enriquecido. Nada amo más en los viajes, que perderme entre las calles de esos lugares nuevos y probar lo que come la gente de a pie, y es de esas probadas por aquí y por allá que saque esta receta, después de más de un intento fallido, logre reproducir el sabor, la imagen y la textura de esta tarta que probé en Francia y que me fascino. Una costra hojaldrada, con un relleno de una crema firme tipo flan, cargada de un exquisito sabor a vainilla. Una vez de vuelta a casa, manos a la obra en la cocina, antes de que el sabor, la textura se desvanezca de mi mente. Porque no buscar la receta en un libro, o más fácil aún por internet???? primera porque se bien que los franceses son muy celosos de su cocina y la mayoría de sus recetas no están dadas a precisión, dos porque el placer de cocinar recuerdos, de buscar en la memoria un sabor especial, ese sabor tal cual yo lo probé, tal cual llego a mi en medio de una caminata en algún viaje, ese placer, no se consigue de otra forma, más que a través de la memoria. Y he aquí tras cinco intentos, mi hija y yo dimos con el punto exacto, en la pequeña cocina de nuestra casa.