La Hora de Té, una Pausa para el Descanso.

En medio de la absorbente rutina cotidiana, es fácil ahogarse, perderse, y ser devorado por esta, descuidando nuestra integridad emocional, o bueno... más bien descuidándonos a nosotros mismos. Se nos ha exigido tanto rendir como trabajadores que se nos olvida que estamos aquí para disfrutar, y ser felices, e incluso se critica el hecho de ver a alguien descansando, tomando su tiempo. En lo personal, desde que me uní a Facebook, la mayoría de mis amigos me dicen, dichosa de tí, que tienes tanto tiempo para disfrutar, veo tus fotos y me das envidia, haces todo lo que amas porque seguro no te ahoga el trabajo. Y se que más de una vez estos comentarios han sido hechos como una crítica y un reproche más que como un comentario alentador. No es así, he trabajado mucho y desde muy joven, y más de una vez he sentido como la rutina y el sistema de trabajo quiere absorberme, sin embargo la lucha más dura que lidio todos los días, es contra eso, defender a capa y espada, mi derecho a vivir, a no perder mi espacio en un mundo que nos devora. Y para esto, una y mil veces he tenido que levantarme antes del amanecer, o dormir pocas horas, vivir al mil por mil, y sobre todo aprender a organizarme, para lograr esos espacios propios que hacen plena la vida y rompen con lo agotador de la rutina y los horarios. Pequeñas escapadas durante el día, para disfrutar, de una caminata breve, de una taza de Té, de una comida en un paisaje abierto. Fácil no es, lo se, lo mas fácil es dejarse devorar por la rutina y culpar al trabajo de nuestra infelicidad, pero el trabajo no es el responsable de nuestras vidas, sino nosotros mismos. Nosotros como familia hemos adoptado pequeños y breves escapes placenteros, durante el día para así hacer mas fácil la rutina diaria, y uno de estos espacios pausa es la hora del té. una pausa para la reflexión, la armonía, la convivencia y un breve descanso, desconectarnos de teléfonos, tablet, computadora, y relajarnos, preparando un té con el protocolo que esta pausa se merece. Bocadillos hechos en casa, algo de fruta, y una taza de humeante, perfumado y exquisito te de hojas enteras, nada de sobrecitos, de tazas incompletas, de ruido externo, de pantallas encendidas, la hora del Té es para nosotros un momento de reunión, convivencia, o quizá silencio, un instante de paz y descanso para recargar ánimos y completar de la mejor forma la jornada. Si bien tomamos Té durante todo el día, con la comida, mientras se trabaja, cuando tenemos ganas, la pausa para el té es la pausa para el descanso, para enriquecer el día, par transformar lo agotador, y regalarnos ese instante que nos de paz y nos devuelva a la vida.