Pasión por los mercados.

Cuando era niña, los supermercados o mercados de autoservicio eran un símbolo de estatus y modernidad, los grandes almacenes comerciales comenzaban a extenderse por la ciudad, mi madre acostumbrada al pequeño comercio, al trato con los comerciantes e incluso al juego del regateo para el cual yo nací negada, eran por mucho indispensables para la vida cotidiana de mi madre que despreciaba con satisfacción y orgullo los nuevos centros comerciales.

Ella fue toda su vida amante de los mercados y mercadillos así como de las tiendas de ultramarinos donde se sentaba a platicar con los comerciantes y amigos de siempre. Recuerdo bien que ella solía ir con los griegos por las aceitunas, con los españoles por el bacalao, los quesos y embutidos, con los árabes por las lentejas, el garbanzo, y alguna golosina, a la tiendita del vecindario por los vegetales frescos y las hierbas de olor, al sobre ruedas por todo lo demás que necesitaba para la semana, o quizá por el mero placer de recorrer los puestecillos y platicar con cada comerciante. Los días de mercado, eran para nosotras días de largas caminatas, de cargar bolsas, pero sobretodo de oler especies, ver frutas coloridas y de que nos dieran el gusto de comprarnos alguna golosina mientras esperábamos los largos regateos de mi madre, por este motivo para mi los mercados y mercadillos, llenos de folklore, colorido y muchas veces cosas que ni siquiera necesito son un gusto heredado y parte indispensable de mi vida cotidiana. Y ni que decir cuando viajo, no se conoce bien una cultura si no se conocen sus mercados tradicionales. El placer de observar a la gente mientras compra, los objetos que rodean su vida cotidiana, el rumor del mercado... Cada cosa que compone la vida de estos se vuelve parte de mis recuerdos y enriquecen mi concepción de esa nueva cultura por descubrir. Los mercados han cumplido a lo largo de la historia una importante funciona social mas allá de su función mercantil, han sido en toda cultura un punto de reunión y convivencia, de interacción humana vital para entender y conocer cualquier cultura. Recorrer sus pasajes repletos de gente, observar, tomar nota y comprar vagatelas que la mayoría de las veces no necesitamos es para mi famila y para mi una auténtica necesidad y una verdadera pasión.